Fernando Soberon, Manejo

¡La limpieza también cuenta!

En entradas anteriores hemos explicado la importancia de la nutrición y condición corporal de las terneras, la edad al primer parto, la administración de calostro y otros aspectos que nos ayudan a producir una mejor vaca lechera. Por contrapartida, hemos descrito en varios casos la importancia de la salud en el desarrollo de las novillas, así como los efectos negativos de la mala ventilación y, a pesar de que hemos comentado la importancia de la limpieza del calostro y los utensilios utilizados para obtenerlo y administrarlo, no hemos llegado a tratar la importancia de la limpieza de las instalaciones, el alimento, las camas o las propias novillas.

Como productores ponemos mucho esfuerzo y tomamos muchas medidas para mejorar el desempeño, la salud y el bienestar de nuestros animales. Sin embargo, uno de los principales retos que enfrenta la industria lechera global es el de las relaciones públicas con nuestros consumidores. La gente que consume nuestros productos no llega a creer o entender los esfuerzos que realizamos a diario para atender las necesidades de nuestros animales.

La limpieza como parte de la cultura

Esta semana tuve la oportunidad de visitar una ganadería lechera que no solo tiene en cuenta este reto, sino que actúa a diario para mejorar la imagen del consumidor sobre la actividad del sector, realizando un trabajo excelente de manejo y nutrición, al tiempo que presta atención a los protocolos y metas claras, recogidas por escrito. Después de estudiar las instalaciones, el manejo y la actitud de los productores en esta ganadería, no me cabe duda de que la limpieza de las instalaciones es el factor que mayor diferencia marca en la imagen que se puedan llevar los visitantes.

 

Merece la pena preguntarse: Si alguien que no sabe sobre ganadería visitase mi explotación, ¿se llevaría una impresión positiva sobre la producción de leche?

 

En la mencionada ganadería, la limpieza es parte de su cultura, abarcando desde la oficina, hasta las ventanas de la sala de ordeño. En estos casos, cuando la limpieza es parte de la cultura de la explotación y tanto el alimento como el agua están limpios, existe un menor reto inmunológico al ser menor la exposición a patógenos, por lo que los animales consumen más alimento, contraen menos enfermedades y la producción es mayor. Al mismo tiempo, contribuyen positivamente a la imagen de la industria lechera y a la ganadería en general.

Por lo tanto, mantener los establos limpios requiere esfuerzo, paciencia y dedicación, pero favorece a nuestros animales contribuyendo a su salud y productividad, al tiempo que mejora la imagen global de la industria lechera.