Alfonso Monge, Manejo, Reproducción

¿Qué pasa con las novillas vacías?

Si en el anterior post os hablaba de dos de los más conocidos programas reproductivos para novillas (prostaglandinas y detección de celos; y sincronización de celos), en esta nueva entrada abordo la re-sincronización de las novillas vacías al diagnóstico de gestación.

Es muy importante, y no siempre se hace, que en las novillas se establezca, al igual que en las vacas, un programa de visitas reproductivas, en las cuales el veterinario explore a los animales que considere oportuno. Todas las novillas al inicio del programa deben ser exploradas para evitar cualquier tipo de “sorpresa” (freemartin, hipoplasia ovárica, poco desarrollo genital, quistes ováricos u otras patologías).

 

Debemos realizar visitas reproductivas en las novillas igual que en las vacas.

 

Los diagnósticos de gestación deben ser rutinarios en todas aquellas novillas inseminadas en los últimos 30 - 35 días. A las novillas que al diagnóstico estén vacías y presenten cuerpos lúteos, se les aplicará una prostaglandina y se inseminarán a celo visto. Todas aquellas novillas sin ninguna estructura lútea, se les aplicará el protocolo 5DCosynch acompañado de un progestágeno (protocolos que expliqué en mi anterior post: “¿Qué programa reproductivo es mejor para mi novilla?” – incluir enlace -). Si a la exploración encontramos otro tipo de patología, el veterinario aplicará el tratamiento que considere oportuno.

Monitorización de las novillas

 

Para cumplir nuestros objetivos debemos empezar a trabajar el día que la ternera nace y, me atrevería a decir, que el día que dejamos a su madre gestante.

 

Con los programas propuestos, debemos ser capaces de alcanzar nuestros objetivos en lo que a reproducción de novillas se refiere. Para saber si estamos haciendo las cosas bien, o si en algún aspecto podemos mejorar, debemos monitorizar las novillas al igual que lo hacemos con las vacas.

La tasa de preñez, aunque más utilizada en multíparas, es de gran ayuda para conocer lo rápido y lo eficientemente que estamos preñando a nuestras novillas. Una tasa de preñez del 36% sería adecuada. Otros datos que debemos tener en cuenta son la edad a la que empezamos a inseminar, el porcentaje de preñez en las inseminaciones, la edad al primer parto y el porcentaje de mortalidad en el mismo.

No olvidemos que para cumplir nuestros objetivos debemos empezar a trabajar el día que la ternera nace y, me atrevería a decir, que el día que dejamos a su madre gestante.