Arnau Álvarez , Manejo

Recría de novillas y gestión del riesgo

Producir alimentos y novillas en la propia explotación son medidas de gestión del riesgo que impactan sobre dos de los principales costes de producción de leche: coste de alimentación, en primer lugar, y coste de reposición, en segundo lugar, conjuntamente con el coste de personal. Otra medida más novedosa, pero de gran impacto, es la indexación del precio de la leche en base al coste de producción, que supone gestión del riesgo tanto para la industria como para el productor de leche.

En el caso que nos ocupa, enumeramos los pasos que deben sucederse para la correcta gestión del riesgo en reposición de novillas:

  1. Identificar riesgos potenciales de la compra de recría.
  2. Medir el impacto de dichos riesgos.
  3. Examinar las soluciones alternativas: en este caso, recriarse las propias novillas, dentro o fuera de la explotación.
  4. Implementar soluciones, es decir, decidir si recriar o comprar y cómo hacerlo.
  5. Evaluar las consecuencias de la decisión y corregir en caso de necesidad.

Riesgos asociados a la compra de recría

 

La compra de las novillas, aunque implica un riesgo mayor, aporta una ventaja financiera útil para aquellas explotaciones con necesidades de tesorería

 

En cuanto al primer punto, hay una serie de situaciones de riesgo con más posibilidad de ocurrencia:

  • Entrada de enfermedades por la introducción de animales externos.
  • Menor control del progreso genético por parte del comprador.
  • Necesidad de adaptación y zona de cuarentena.
  • Cierre de mercados por motivos políticos, económicos, sanitarios, etc.
  • Coste más alto si el precio de mercado es alto.

Riesgos asociados a la recría propia

En cambio, si medimos el impacto de comprar la recría (punto 2) en lugar de recriar (punto 3), podemos encontrar otras generalidades:

  • Espacio ocupado por animales productivos, más importante cuando hay limitaciones.
  • No es necesaria la inversión en instalaciones para novillas.
  • Necesidades de tierra para deyecciones inferiores para la misma producción de leche.
  • Facilidad de conocer el coste real.
  • Menor necesidad de mano de obra especializada.
  • Coste más bajo si el precio de mercado es bajo.
  • Mayor ventaja financiera, especialmente útil para ganaderías con necesidades de tesorería. Si el período medio de maduración financiero (PMMF, o tiempo que pasa entre que se paga a proveedores* y se cobra la leche) de una novilla producida es de 1 año o más (hay facturas pagadas hace más de 2 años y facturas pagadas hace un mes), para las novillas compradas incluso es habitual empezar a cobrar de su leche antes de pagarlas (si se han financiado).

*Hay que recordar que el coste principal, el de la alimentación, se suele pagar a corto plazo (en el caso del pienso), o hasta con anterioridad al período de producción de la novilla para aquellos alimentos producidos en granja (semillas, riego, ensiladora, etc.).

Implementación y evaluación de las consecuencias

En cuanto a la implementación (punto 4), conviene recordar el impacto sobre la economía de la granja de facilitar el pull (véase el post “Recría Lean de novillas ”), es decir, la producción bajo demanda de la granja y necesidades de leche, en lugar de incurrir en el push o en buscar sitio para las novillas producidas.

Hace tiempo que ambas prácticas han sido analizadas y medidas (punto 5), y fruto de ello se han mejorado tanto los propios sistemas de recría como minorizado los riesgos de la compra de animales. Incluso, han pasado a ser habituales modelos mixtos que persiguen recoger puntos positivos de ambos sistemas.

Finalmente, ante la opción que el ganadero haya escogido, debe conseguirse que ni la gestión ocasione un sobrecoste excesivo ni que el riesgo suponga un salto al vacío.